Estudiante crea Pigmentos Ecológicos hechos con desechos de vegetales
Nicole Stjernswärd, quien estudió ingeniería de diseño en el Royal College of Art y en el Imperial College de Londres, desarrolló un sistema que convierte las plantas en pigmentos de pintura en polvo utilizando tecnología de vaporización sin los químicos tóxicos que dañan al planeta. Su experiencia se extiende a los campos de la ingeniería de diseño, la arquitectura y el diseño de productos.
Revolucionando la industria textil
Nicole ha inventado Kaiku Living Color, una startup comprometida con la construcción de un futuro sostenible. Es un sistema diseñado para obtener pigmentos a partir de residuos vegetales, ofreciendo una alternativa sostenible a los colores sintéticos derivados del aceite. Se inspiró al trabajar con artistas y diseñadores textiles, ya que los artistas están preocupados por el impacto de los colorantes en su salud y en el medio ambiente, pero a menudo optan por ignorar los riesgos porque hay pocas alternativas a los colores petroquímicos.
Originalmente, los pigmentos provenían de la naturaleza, como los azules de las piedras de lapislázuli, los amarillos de la arcilla ocre y los rojos de las alas aplastadas de los escarabajos. Sin embargo, desde la revolución industrial, los colores petroquímicos baratos se han convertido en la norma a un costo ambiental considerable. Entre todas las industrias, la industria textil solo produce y utiliza más o menos 1,3 millones de toneladas de tintes sintéticos cada año.
Para generar los pigmentos, Nicole se asoció con agricultores locales para obtener desechos de plantas en grandes volúmenes y crear sus pigmentos. Actualmente, ella está utilizando desechos de cebollas, granadas, paltas y repollo. Las granadas y las cebollas forman un tinte amarillo, y agregar vinagre o bicarbonato de sodio al tinte es una forma de modificar los colores resultantes.
Sus tintes y colorantes a base de plantas se pueden utilizar en una variedad de textiles, serigrafías y medios de impresión a base de proteínas y celulosa. Esto incluye seda, algodón, papel, bioplásticos, ceras y jabones.
El sistema Kaiku, se compone principalmente de depósitos, presión de aire externa, una bomba de agua y una cámara de atomización. El proceso comienza pelando la piel de las frutas y verduras, hirviéndolas y formando un tinte ecológico, que luego se vierte en depósitos.
Los tintes se introducen en la cámara de atomización mediante tubos de extracción con la ayuda de la bomba de agua y aire caliente a presión. El líquido se convierte en una niebla que luego se rocía por encima de los 100 grados Celsius, lo suficientemente caliente como para vaporizarse y dejar un polvo colorido a través de un vórtice.
Generalmente, los residuos vegetales van al tacho de basura o al compost, pero Kaiku Living Color transforma estos desechos en un recurso natural de alto valor, ellos se asocian con la naturaleza para imaginar productos de consumo que no cuesten la tierra.