La mujer que ha ayudado a crear más de 300 casas con Botellas recicladas y va por más
Ingrid Vaca Diez es una abogada boliviana que se inspiró en la idea de la construcción de casas con materiales reutilizados, para realizar una acción social positiva y ayudar apersonas que no cuentan con una casa. Un día, Ingrid, fue a visitar una escuela del pueblo de Warnes donde vivía y les pidió a los chicos que escribieran cuales eran sus deseos para navidad.
Así fue como se le ocurrió cumplir el sueño de Claudia, una niña pequeña que le había pedido como deseo para Navidad un cuarto para ella, ya que vivía en una habitación de cuatro por cuatro con toda su familia. Por otra parte, Ingrid tenía muchas botellas almacenadas en el jardín de su casa, para hacer artesanías y también las juntaba para dárselas a una señora humilde que pasaba a
recogerlas todas las semanas.
Un día la señora se enfermó y las botellas se fueron acumulando. Al ver esto, su esposo le dijo en broma que, con la cantidad de botellas que tenía, hasta podría construir una casa. Fue ahí en donde surgió la idea de la “Casas de Botellas”.
Esta mujer fundó el proyecto Casas de Botellas el cual está enfocado en reducir la contaminación con plásticos de una manera eficiente. Ingrid utiliza botellas de vidrio, plástico, cemento, cal, arena, sedimentos y residuos orgánicos para construir estas casas.
Cada botella se rellena con material descartable: papel, bolsas plásticas, pilas, arena y tierra. Una vez rellenas (cada botella pesa 3,6 kilos), se las emplea para construir los muros. Se las une con cal, cemento y se las sujeta con una suerte de trenzado.
El revoque es otro ejemplo de reciclaje: Ingrid realiza una mezcla de leche en polvo, heces de caballo, aceite de linaza, melaza de la caña. Para hacer el piso utiliza llantas picadas.
Esta iniciativa ha llegado a tener reconocimiento en todo el mundo, hasta el punto de ser invitada y apoyada por la Organización de Estados Americanos (OEA), para participar en proyectos de reconstrucción de viviendas por siniestros naturales como el terremoto en Haití.
Su primera construcción fue en el año 2000. La técnica ha venido mejorando a lo largo de los años y le ha permitido ser más eficiente, logrando construir una casa de 170 metros cuadrados con aproximadamente 36,000 botellas de PET en tan solo 20 días con la ayuda de los futuros dueños del hogar.
Hasta el día de hoy ha ayudado a crear más de 300 de estas casas, ayudando a personas de Argentina, México, Panamá, Uruguay y Bolivia. Ingrid, pone énfasis en dos aspectos que caracterizan su trabajo: es un proyecto ecológico porque saca de circulación materiales que de otro modo contaminarían el planeta y enseña a cuidar el medio ambiente, pero es también un proyecto social porque ofrece una vivienda digna a los más pobres y fomenta la solidaridad y los lazos dentro de la comunidad.
Próximamente planea construir casas en Brasil, ya que según ella, la cultura de reciclaje de materiales es mayor en ese país por lo que facilita la recolección de botellas de plástico.