Botes de helado se convierten en paredes de una biblioteca comunitaria
¿Quién hubiera pensado que los botes de helado se convertirían en un material de construcción? Los botes de helado generalmente están fabricados en HDPE (polietileno de alta densidad), un tipo de plástico muy rígido, ligero y resistente. Un estudio de arquitectura Shau, de Indonesia, vio un potencial inusual en este material: el uso de vasijas de helado para construir paredes.
Estas paredes fueron construidas para una pequeña biblioteca comunitaria en Bandung, una ciudad en la isla de Java, Indonesia. La idea de las macetas surgió como resultado del deseo de encontrar un material asequible y disponible localmente que proporcionara sombra y permitiera que el aire y la luz natural llegaran al interior. Se consideró la posibilidad de utilizar contenedores de plástico blanco y traslúcido, pero no estaban disponibles en cantidad suficiente en el momento de la construcción.
Además de la iluminación natural, a algunas macetas se les quitó el fondo para garantizar la ventilación natural. Las unidades se fijaron a marcos verticales de acero y se montaron puertas corredizas translúcidas detrás de la fachada, lo que hizo que la fachada fuera completamente impermeable durante las tormentas tropicales.
Un espacio para todos
La disposición de las macetas, con elementos a veces cerrados y otras huecos, crea el mensaje “buku adalah jendela dunia”, que significa “los libros son las ventanas al mundo”. Titulada Microbiblioteca -Taman Bima, la biblioteca fue construida en una plaza pública del barrio Taman Bima y pretende ser un espacio de enseñanza entre otras actividades encaminadas a combatir el alto índice de analfabetismo y deserción escolar en el país.

La construcción es elevada y se accede a ella mediante escaleras, de modo que el área de abajo queda libre para múltiples funciones. Esta idea tuvo en cuenta que la biblioteca está ubicada sobre un antiguo escenario utilizado por la comunidad local para eventos y como punto de encuentro.
«Nuestra intención era agregar en lugar de quitar, por lo que decidimos mejorar el escenario abierto dándole sombra, protegiéndolo de la lluvia y cubriéndolo en forma de una caja de biblioteca flotante», dijo Shau. Este proyecto, de hecho, fue el primer prototipo de una serie de pequeñas bibliotecas planificadas por el mismo estudio de arquitectura. CicloVivo ya ha cubierto otra biblioteca comunitaria Shau basada en la arquitectura tradicional de Indonesia; lea aquí.



¿Quién hubiera imaginado que los botes de helado se convertirían en un material de construcción? Un estudio de arquitectura Shau, de Indonesia, descubrió un uso inusual para el HDPE (polietileno de alta densidad): construir paredes para una biblioteca comunitaria en Bandung, una ciudad en la isla de Java. Esta idea surgió como resultado del deseo de encontrar un material asequible y localmente disponible que proporcionara sombra y permitiera que el aire y la luz natural llegaran al interior. Se consideró la posibilidad de utilizar contenedores de plástico blanco y traslúcido, pero no estaban disponibles en cantidad suficiente. Por lo tanto, se decidió usar los botes de helado.
Además de la iluminación natural, a algunas macetas se les quitó el fondo para garantizar la ventilación natural. Las unidades se fijaron a marcos verticales de acero
¿Cuáles son algunos de los materiales reciclados y reutilizados utilizados en el proyecto de construcción de la biblioteca?
Cada vez más personas están buscando formas creativas para reciclar y reutilizar los materiales para mejorar sus vidas y ayudar a la comunidad. Uno de los ejemplos más sorprendentes recientemente apareció en una biblioteca comunitaria del municipio de Tzununá, en la región mexicana de Yucatán: cientos de botes de helado utilizados para crear las paredes interiores.
Las paredes de este impactante proyecto comenzaron como una idea de dos artistas locales quienes propusieron el reto a la comunidad. Lo que surgió fue una gran solidaridad entre los vecinos quienes donaron botes de helado vacíos y estuvieron acompañando el proceso de construcción. La cantidad de los materiales donados fue tan grande, que fue necesario pedir la ayuda de algunos carpinteros para asistir en el montaje de los botes de helado en marcos de madera.
Entre los botes de helado verdes, naranjas, amarillos y otros colores se pueden encontrar varios centenares de títulos de todos los géneros literarios, que la comunidad ha propuesto como fondo bibliográfico de la biblioteca.
Este proyecto ha recibido numerosos aplausos y ha servido como punto de inspiración para otros municipios locales. Esto ha demostrado que las pequeñas acciones de los seres humanos pueden ser grandes soluciones para el mundo y nuestro futuro. La comunidad de Tzununá ha demostrado con este proyecto que el reciclaje de plástico y la reutilización de materiales pueden convertirse en un elemento decorativo y de gran belleza.