Investigador crea biofertilizante 100% sustentable que enriquece la calidad nutricional de los alimentos.
Desde hace diez años, el profesor del Instituto de Química (IQ) de la Universidad de Brasilia (UnB), Brenno Amaro, se dedica a la investigación con materiales nanométricos. Entre sus proyectos destacados se encuentra el centrado en la producción de arbolina, una nanopartícula con efecto bioestimulante y biofertilizante que aumenta la productividad en los cultivos. La tecnología fue desarrollada en los laboratorios de la UnB y validada por la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa).
El profesor es uno de los fundadores de Krilltech, una empresa especializada en nanotecnología en el sector agroindustrial (AgTech) que apuesta por la arbolina como el biofertilizante del futuro. El producto es puro, no tóxico, no bioacumulativo y luminiscente, capaz de aumentar la producción hasta en un 40% y enriquecer la calidad nutricional de los alimentos.
“El biofertilizante está compuesto por carbono orgánico, nitrógeno, oxígeno e hidrógeno. Es básicamente lo que necesita la planta. Es ‘bio’ porque no es tóxico, está hecho de material producido en la naturaleza. Y es sostenible, por lo tanto, no genera residuos sólidos ni líquidos en la producción”, explicó Amaro en entrevista con Conexión Planeta .
Premio
En 2021, el profesor fue elegido para recibir el Premio a la Innovación Fernando Galembeck de la Sociedad Brasileña de Química. El premio honra la competencia y la capacidad innovadora y reconoce el trabajo de los investigadores en ciencia y tecnología nacional.
“Esta es otra gran oportunidad para mostrar a la sociedad la importancia de estimular e invertir en investigación e innovación que, en su gran mayoría, en Brasil, se realizan en las universidades públicas”, dijo Marcos Juliano Prauchner, director del Instituto de Química de la UnB, en el premio de la facultad.
Brenno Amaro ya tenía conocimientos en materiales fluorescentes y bioimagen cuando inició su producción científica en la UnB. En 2011, con la llegada del profesor Marcelo Rodrigues al IQ, quien comenzó a producir nanomateriales de carbono, los dos profesores combinaron sus calificaciones y comenzaron a investigar con materiales nanométricos. La experiencia de Brenno permitió realizar modificaciones en la superficie de los materiales de carbono que producía Marcelo.
En un principio, utilizaban estiércol de vaca como fuente de carbono, que se transformaba en partículas nanométricas. En la evaluación de Brenno, tenían un valor tecnológico muy alto. En 2015, investigadores de Embrapa vieron que las propiedades de estas partículas podrían provocar respuestas positivas en algunos cultivos de plantas. Fue el inicio de la sociedad entre la UnB y Embrapa que resultó en la patente y licenciamiento del biofertilizante arbolina.
Con información de UnB Notícias . CicloVivo